23:30 del viernes 1 de agosto de 2008.
Por fin, tras un lamentable y trágico accidente, un aplazamiento y un atropello, comienzan a sonar los primeros acordes de la melodía de "Los Simpsons". Una imple introducción, dos guitarras, un bajo y una batería, el sonido realmente impresionante, sacando el máximo partido a la logística disponible graias a dos técnicos de lujo: los hermanos Jose Miguel y Manolo Vilabrille, miembros de los grupos Shisha Pangma y The Panolis.
Aparece entonces en escena el frontman, Jano Santos.
Versión de "The Anthem", de Good Charlotte, un himno que suena en esta ocasión algo más frío de lo normal.Con la totalmente opuesta "Symphony of destruction", de los veteranos Trashers estadoundenses Megadeth, la pequeña porción dl público más acercada al heavy metal más clásico, entre los que me incluyo, sonreímos y empezamos a animarnos.
Tras esta descarga llega la nueva incorporación "Girls and boys", rozando los límites del pop pero gustándole a la mayoría. He de econocer que salió muy bien, aunque tampoco tiene una mayor complejidad técnica.
Llegó entonces la canción romántica y tranquila de la noche, "Seasons", que pasó sin más trascendencia para el abundante público, reuniéndose más de un centenar de personas. Para mí, quizás legó demasiado temprano, e iría mejor incluida en la segunda aprte del concierto.
Pero en el mejor momento llegó uno de los ya clásicos de Meister, "Little Things". Jano consiguió con el pegadizo coro hermanarse con el respetable, que cantó con él llegado el estribillo, otándose las ganas de más fuerza.
Y si clásica era la anterior, las dos que la siguieron no le ivan a la zaga: "American Idiot" y "Lifestyles of the rich and famous".Con eso se dio por finalizada la primera parte del concierto, la más suave y que por lo general gustó menos, además de que salió algo peor por culpa de que Omar, el nuevo guitarrista, no dominaba la totalidad de las canciones, al haberse incluido en el repertorio antes de su llegada al grupo.
10 minutos y andando.
Y lo primero que se oye es el poderoso y pegadizo riff inicial de un clásico del calibre de "Back in Black". Gran versión, y el púbico más heavy frotándose las manos. Cabe destacar el gran trabajo de Jano, que antes del concierto repasaba en voz baja la letra de esta canción, temiendo un olvido ante lo complicado del inglés australiano más barriobajero que usaron los componentes de AC-DC.
Si Good Charlotte tienen una canción que se puede considerar buena, esa es, con todas las letras, "The River", canción que esconde en metáforas religiosas el difícil paso de los miembros del grupo a través de un desierto de mala vida antes de volver al buen camino para la grabación de su último CD. Buena versión en la que se notó el progreso de todos desde aquellos primeros intentos, pero sobre todo del cantante.
Y de repente, comienza el éxtasis. Suenan dos guitarras afiladas, un bajo acompaña mientras los golpes rítmicos de la batería se mezclan con los aplausos del público, que comienza a corear enloquecido "...Living easy..." "...Living free...". "Highway to Hell", nada más y nada menos. Basta para entender la grandeza de este momento con decir que para un apasionado del rock como es "Penacoba", el cantante de "Fame Negra", esta ha sido la mejor versión de este clásico que oyó en su vida.
Y sin lugar al descanso, 7 golpes de scrash y un grito de "Sante mano sangrante" que da paso a una nueva versión del clásico de "The Misfits", más tarde versionado por "Metallica": "Die die my darling". Nada que objetar, caña y más caña en una de las canciones que más disfrutan los miembros del grupo, una de las mejores canciones-terapia en caso de desencuentro amoroso...
Y la traca final, entramos en España deseando volver a ser un "Perro Verde" al más puro estilo Kutxi Romero. El público, lleno de fans de "Marea", corea a voz en grito esa canción más convertida en un himno para toda una generación de nuevos rockeros y no tan rockeros en este país.
Público y músicos, cada vez disfrutan más.Y de un himno a otro mejor, "Dolores se llamaba Lola", de "Los Suaves". Más gritos entre el público, la gente se la sabe y lo demuestra; la gente quiere fiesta y lo demuestra. Y la gente sabe que aún queda lo mejor.
Todos lo esperan, pero cuando Fran y Omar dan paso a "Vicio", de "Reincidentes", grupo que toca en Puentenuevo dentro de un par de semanas; se produce una especie de orgasmo colectivo al que se pone colofón en el último estribillo, cuando Jano quema lo poco que queda de sus cuerdas vocales para que su alarido, "¡Vicio!", coreado por más de cien gargantas entregadas a este grupo de jóvenes ilusionados, se oiga desde unos altavoces de un pequeño pub vegadense hasta la misma cara oculta de la Luna. En esta última canción además disfrutamos de la actuación de la "estrella invitada", el cantante de Fame Negra, Penacoba; que pese al pisotón de Jano completó una actuación sobresaliente, digna de lo que se esperaba de él.
Fran, Jano y Pablo, tras realizar el trabajo más oscuro con gran brillantez, se apartan, dejan paso, desenchufan guitarra y bajo y apagan los amplis.
Pero un centenar de cuerpos sudorosos piden más sangre. Y Omar se la da.Guitarra y micro, dedos y voz, versión de "La Fina", de "Leño", con un acompañamiento improvisado a la batería del recién atropellado Sante. El final perfecto para un concierto inolvidable.
FDO: PABLO TRABADELO





